jueves, 28 de febrero de 2008

El Cultural, últimas dos semanas de Febrero, 2008. Poesía completa de Ryszard Kapuscinski

Hola a todos,

Retomamos la crítica atrasada y comenzamos por El Cultural. La semana pasada Antonio Colinas realizó una reseña de la Poesía Completa de Ryszard Kapuscinski que recientemente ha publicado Bartleby como novedad mundial. Esta semana la insigne Ainhoa nos trae la reseña de un libro que todavía no ha llegado a las librerías: "Libro de esbozos" de Jack Kerouac, el trigesimoséptimo libro sobre el autor beat que anuncia nuevos textos inéditos del autor de "On the road". Publica Ediciones B.

Curiosas cuanto menos las declaraciones de Anson la pasada semana. Casi que estamos de acuerdo en todo, menos en la firma claro. ¿Cómo era aquello de predicar con el ejemplo?.

Comenzamos. La crítica de Antonio Colinas no está a la altura de lo que suele ser habitual en él. Vemos demasiados puntos en común con la introducción del libro. Y respecto a nuestra querida Ainhoa, su reseña sí que está a la altura de lo que suele ser habitual en ella. Pero como seguro que el tema casi os aburre tanto como a nosotros, no insistiremos. Divertido es el adjetivo más amable que se nos ocurre para la reseña. Ambos críticos, eso sí, reciben nota alta en referencia a su objetividad respecto a las editoriales.

Por motivos de tiempo que no hace falta explicar, hemos tenido que "subcontratar" la contracrítica del libro de Kapuncinski. La reseña la ha escrito un poeta, cómo no, que no forma parte del colectivo, y al que le agradecemos mucho desde aquí su colaboración desinteresada, a pesar de cómo comienza su reseña, y su sentido del humor, tan característico de él, que casi hace transparente su seudónimo gomaespumero. Y poco más tenemos que decir.

LO MALO DE LO BUENO DE KAPUSCINSKI

Cuando los amables contracríticos me ofrecieron 500 euros por escribir una crítica de la Poesía Completa de Ryszard Kapuscinski (Trad. Abel A. Murcia. Ed. bilingüe. Bartleby Ed. Madrid, 2008. 233 páginas, 17 euros.) debí aclarar que no tenía el gusto de conocer el autor. Me enviaron otro e-mail diciendo que me ofrecían, entonces, 400 euros. Sentí que era mi obligación aclarar, también, que nunca fui buen filólogo y que sigo dudando sobre el significado de la palabra prosopopeya. Tras un tiempo de deliberación me enviaron un tercer correo ofreciéndome 250 euros y las gracias por adelantado. Dada la naturaleza de sus críticas, sentí que era mi obligación aclarar que me unía una profunda e irremediable amistad con el autor de la crítica/reseña que apareció en El Cultural, y que me sentía incapacitado para juzgar sus palabras. Me dijeron que no me escaqueara que la cosa era reseñar el libro. Bueno, les dije en un último mail, lo haré siempre y cuando me ingresen el dinero por adelantado. Me dijeron que me pagarían en el preciso instante que apareciera la crítica –de ahora en adelante, reseña– en el blog. Con esta tranquilidad me pongo a escribir. Aunque no recuerdo haberles dado mi número de cuenta…

Tengo el librito de Bartleby sobre mi mesa, una linda edición, bilingüe –muy útil para repasar mi polaco oxidado– y me asalta un pensamiento extraño: hay algo en la mirada del anciano de la portada que me provoca una profunda simpatía. Es como si Ryszard me cayera bien de entrada, sin haber leído una sola palabra. Miro y miro, me hago un té y vuelvo. ¡Madre mía! ¡No puede ser! Sí; en la portada de su poesía completa, publicado por Bartleby Editores en Madrid en 2008, Ryszard Kapuscinski se parece a John Malkovich. Para que vean qué clase de persona está escribiendo esta reseña.

Que Ryszard Kapuscinski fue ante todo periodista es algo que el autor de la reseña de El Cultural ya ha dejado claro, y que quedaba ya claro en el prólogo del traductor, Abel A. Murcia. Si vuelvo sobre este punto es para decir que no puedo juzgar si fue o no fue buen periodista, desconozco todos sus trabajos, quiero imaginar que sí, pero afirmo aquí y ahora que no fue un gran poeta. “Un poeta que dice cosas y se pierde cuando no las dice” apunté en una de mis caóticas notas. Quizá fuera mejor recordar las palabras de José Hierro en uno de sus últimos recitales cuando, hablando de otro poeta –si no recuerdo mal– dijo ‘Lo dice todo él, no el poema’. Algo muy parecido me sucede con mi amigo Ryszard/Malkovich.

Las poesías completas están divididas en cuatro partes, de las cuales cabe destacar la última, no por su calidad sino por tratarse de siete poemas inéditos hasta la fecha. Hablaré brevemente de las cuatro partes, como lector y como poeta que ha reconocido muchos errores de sus propios poemas en los del célebre autor polaco. Todas las páginas que cito corresponden al poema en su traducción al castellano.

BLOC DE NOTAS (1986) es precisamente lo que su nombre indica, un conjunto de apuntes que el autor probablemente fue reuniendo a lo largo de los años. Es, por lo tanto, un conjunto desigual donde la idea, , domina el poema y donde los momentos más flojos son, sin duda, los que carecen del andamio inteligible que R.K. construye, casi siempre, con gran habilidad. Adelantaré que me parece, sin embargo, la mejor parte del libro, ya que ofrece una frescura y carece de las pretensiones que contaminan buena parte de las otras tres, especialmente la última. En esta primera parte observamos las preocupaciones del poeta por la ecología (‘Un mundo para los verdes’ p.31) y podríamos entender cierta alusión a la ingeniosa y siniestra respuesta de Einstein ante la pregunta de cómo sería la tercera Guerra Mundial: ‘No lo sé, pero le puedo decir cómo será la cuarta, con piedras y palos’ en los versos ‘árbol/ posible arsenal de instrumentos de tortura y muerte’. Es una lástima que uno de los únicos ‘tropiezos’ aparentes del traductor se encuentre en esta primera parte, en el poema ‘La Nube’ (p.35): una rima temible que sacude a los versos 9 y 10. A estas alturas del libro (p. 43) es cuando uno empieza a encontrarse poemas con los cuales no sabe muy bien qué hacer. ‘El Poeta Arnold… (p. 43) es un buen ejemplo. En la página 49 hay un estupendo poema que retrata a una pareja sentada frente a frente tomando algo. Este poema presentará, sin embargo, leves síntomas de la enfermedad Kapuscinskiana que me permitiré diagnosticar a continuación: malos finales de poemas o, lo que es lo mismo, escritura explicativa crónica. A pesar de decir esto medio en broma tres cuartos en serio, creo con toda sinceridad que es un mal de Kapuscinski, un mal corriente entre los poetas que no han aprendido a tachar y un mal que nadie logra evitar nunca del todo. Mucho menos servidor. Me amparo en mi ejemplo estrella, el casi magnífico poema ‘Sueño’, página 55. Con permiso señoras, señores, este poema termina en la página 59, con el verso ‘estaban a su manera contentos’ y no en la página 61 con ‘la miseria de Dios’. Para opiniones colores o como sea la frase pero, se mire como se mire, creo que el poema ganaba más cuando creí que era menos. Aunque cualquiera se pone ahora a corregir a Kapuscinski. Lo mismo me vuelve a suceder en la página 71, ‘El yogui Ramamurti’, y el lector avispado podrá decir, con razón, que me influye la edición, el corte de la página. Es muy probable. Pero me gustaría creer que el corte de la página responde a algo, a una especie de intuición superior del Editor (ingenuo de mí) y no veo que el poema –fantástico por otro lado– pueda acabar en la página 73. Poemas como el del profesor Kant (77) intentan saltar más lejos de lo que pueden y es un claro ejemplo de lo mal que le va a Kapuscinski cuando intenta mezclar filosofía y poesía. Las ideas sencillas y originales desarrolladas con su estilo claro y narrativo son, sin duda, sus mejores aliados. Un ejemplo de poema sin contenido alguno –luego fallido según los recursos de los que depende Kapuscinski – es ‘Anotando una idea’ (79) que seduce por su vaguedad sin aguantar una tercera lectura. Poemas como ‘Elección’ (87) ofrecen, en cambio, otro problema distinto: no terminas de entender a dónde quería ir a parar, si quería parar, o si estás todavía en marcha. No te atreves a tirar la llave pero sabes que no te va a servir para volver a entrar. Perdido, en una palabra.

DE TACCUINO D’APPUNTI (2004). De este breve apartado cabe destacar, sin demasiado entusiasmo, los poemas III y IV del poema ‘Fin de Siècle’, sobre todo el penúltimo. El uso de la metáfora jardín en un sentido sexual, especialmente el ‘para que me sumerja en tu jardín’ , a estas alturas, no sé a dónde nos lleva, pero desde luego no muy lejos.

LEYES NATURALES (2006). Es la parte más extensa del libro, con más de medio centenar de poemas donde la desigualdad y la falta de cohesión nos vuelve a llevar hacia la imagen de un periodista que fue apuntando, con muy buenas maneras e intención, muchas cosas y que luego cometió el error de llevarlo todo a la imprenta. Insisto, veo en el autor polaco un bueno poeta que necesitaba una mano amiga que le dijera ‘oye Ryszard, eso no lo metas tío’ (pero en polaco, claro). Destacan de forma desigual los poemas ‘Leyes Naturales’ (105), ‘A ambos lados del Océano’ (111), ‘Oxford’ (131), ‘A la muerte de un poeta’ (145) y ‘Muerte’ (199). Aparecen por primera vez en este apartado los poemas de marcado contenido religioso (139, 159, 193 y 207), los primeros coqueteos con la llamada meta poesía (173) y una reafirmación de la ironía que no se sentía desde algunos poemas de la colección de 1986 (‘Magallanes arriba a Tierra del Fuego’. p.165). También encontramos, de forma ciertamente desconcertante, algunos Textes Trouvez’ (127 y 182, con distinto resultado). Molesta un poco el tono aleccionador de algunos textos (119, 151, 157), dos poemas dedicados al Jazz que no encajan con el resto (177 y 179) y también alguna referencia a la mitología que no habíamos visto en otros apartados. También encontramos, en la página 149, la primera, última y única coma de todo el libro: ‘(la voz suspendida, silencio)’. El poema ‘Muerte’ (199) es uno de los mejores poemas de este apartado.

INÉDITOS (2006) está marcado por cierto tono pesimista que no se adivinaba de forma tan explícita en los otros libros. El anciano necesita anotar las cosas, todo se le escapa, se confunde, siente la necesidad de confundirse con su pasado en una fotografía. El libro termina emotivamente con un ‘A modo de oración’ que reza: ‘¿Por qué te he elevado tan alto / que ya no te puedo ver?’

SERAFIN DE TSEMANA


Valoración del libro Poesía Completa de Ryszard Kapuscinski: 5 / 10

martes, 26 de febrero de 2008

Lista de candidatos a mejores poemarios 2007

Queridos amigos:

Os presentamos la lista de candidatos a mejores poemarios de 2007, tanto en lengua española editada en España como traducciones. Si alguna persona observa un error o alguna ausencia que debería de cubrirse, por favor dirigiros a nuestro buzón de correo: buzondewitt@gmail.com

Como puede observarse son casi 350 poemarios los que estamos terminando de leer, lo cual pensamos que es una muestra bastante representativa del universo poético de 2007 aunque es evidente que cubrir la totalidad de lo publicado es imposible.

Por supuesto, muchísimas gracias a las editoriales que nos han cedido de manera gratuita sus ejemplares, así como a los poetas que de manera individual nos han enviado sus poemarios. Por supuesto, gracias también a todos los que habéis mandado vuestra votación. Solamente por vosotros vale la pena este esfuerzo que está siendo mucho mayor del que esperábamos en un principio.

Iremos desvelando a los premiados por partes y en distintas fechas. En primer lugar, anunciaremos los premios a los críticos (a los que sólo habéis votado vosotros), a continuación los premios a los poemarios escritos directamente en español y finalmente a los poemarios traducidos. El orden tiene que ver con lo adelantado que llevamos el trabajo. Y hacerlo por partes, pues por aquello de la emoción.

Por motivos de sobrecarga de trabajo, y muscular, nos estamos retrasando un poco en las críticas y contracríticas de la pasada semana, y de hecho hemos pedido ayuda a alguno de nuestros habituales del blog.

Gracias a todos de nuevo y esperamos estar a la altura de vuestra enorme confianza. Un beso enorme.

Pd.- Perdón porque el título de los poemarios no se vea entero. Cosas de las limitaciones de blogger

LISTA DE CANDIDATOS A MEJORES POEMARIOS 2007

Autor Título Editorial
1 Adam Zagajewski (1945) Antenas Acantilado
2 Adolfo Burriel La memoria es el viaje Vitruvio
3 Adonis (1930) Primer cuerpo…último mar Huerga y Fierro
4 Agueda Iris (1961) Poesía de mujer Grafein Ediciones
5 Agustín Sánchez Aguilar (1971) Los dioses y los cuervos Algaida
6 Akiko Yosano (1878-1942) Poeta de la pasión Hiperión
7 Al Berto (1948-1997) El miedo Pre-textos
8 Alejandro Jodorowsky (1929) Solo de amor Visor
9 Alejandro López Andrada (1957) La tierra en sombra Visor
10 Alfonso Berrocal (1973) La habitación del huesped Vitruvio
11 Alicia González Rodríguez (1971) Satisfacciones del exclavo Celya
12 Alvaro Tato (1978) Cara máscara Hiperión
13 Ana Becciu (1948) La visita y otros libros Bruguera
14 Ana Isabel Conejo Alonso (1970) Rostros Hiperión
15 Ana Isabel Conejo Alonso (1970) Colores La Garúa
16 Ana Pérez Cañamares (1968) La alambrada de mi boca Baile del Sol
17 Andres Neuman (1977) Gotas negras. Gotas de Sal Berenice
18 Andres Neuman (1977) Sonetos del extraño Cuadernos del vigía
19 Angel Guinda (1948) Claro interior Olifante Ediciones
20 Ángela Álvarez Sáez (1981) Las versiones del tigre Vitruvio
21 Ángeles López (1969) Mishima, locura por el mundo Huerga y Fierro
22 Anne Carson (1950) Hombres en sus horas libres Pre-textos
23 Anne-Marie de Berglund (1952) El alba en pedazos Alhulia
24 Antología Poesía amorosa china Calambur
25 Antonio Cisneros (1942) Un crucero a las islas galápagos Pre-textos
26 Antonio Daganzo (1976) Que en limpidez se encuentre Vitruvio
27 Antonio Fernández Lera (1952) Las huellas del agua Trea
28 Antonio Gracia (1946) La urdimbre luminosa Aguaclara
29 Antonio Méndez Rubio (1967) Para no ver el fondo Ediciones Idea
30 Antonio Orihuela (1965) Durruti en Budilandia Baile del Sol
31 Antonio Praena Segura (1973) Poemas para mi hermana Rialp
32 Antonio Rigo (1957) Pan con aceite y otros poemas Calima
33 Anunciada Fernández de Córdova La percepción inquietante Visor
34 Arcadio Ortega Muñoz (1938) La hora del té Alhulia
35 Augusto Rodríguez (1979) Cantos contra un dinosaurio ebrio La Garúa
36 Aurora García Rivas (1948) La sombra del alcaudón Vitruvio
37 Aviva Doron (1949) El viento recuerda Sial/Fugger
38 Barry Gifford (1946) Las cuatro reinas La Fábrica Editorial
39 Beatriz Russo (1971) La prisión delicada Calambur
40 Begoña Callejón Aliaga (1976) Extraña claridad Devenir
41 Begoña Montes Zofío (1962) Entre aguas Vitruvio
42 Belén Reyes Redondo (1964) Atrévete a olvidarme Olifante Ediciones
43 Benjamín Prado (1961) Marea humana Visor
44 Billy Collins (1941) Lo malo de la poesía y otros poemas Bartleby Editores
45 Billy Collins (1941) Navegando a solas por la habitación DVD
46 Blaise Cendrars (1887-1961) Prosa del transiberiano Demipage
47 Bolo Ese montón de dudas llamado chatarra Amargord
48 Braulio Ortiz Poole (1974) Defensa del pirómano EH Ediciones
49 C.K. Williams (1936) Reparación Bartleby Editores
50 Care Santos (1970) Disección Torremozas
51 Carlos Alcorta (1959) Sutura Hiperión
52 Carlos Alfaro Gutiérrez (1947) Libro de Oc Vitruvio
53 Carlos Contreras Elvira (1980) Bildungsroman Point de lunettes
54 Carlos Eugenio López (1954) Teoremas Visor
55 Carlos Germán Belli (1927) Sextinas, villanelas y baladas Visor
56 Carlos Hermoso Asignaturas que nunca aprobé Jirones de Azul
57 Carlos Javier Morales (1967) Nueva Estación Biblioteca Nueva
58 Carlos Marzal (1961) Electrones Cuadernos del vigía
59 Carlos Pardo (1975) Echado a perder Visor
60 Carlos Pintado (1974) Habitación a oscuras Vitruvio
61 Carmen Ana (1959) Vitral Torremozas
62 Carmen Arduña Acariciando el sur Huerga y Fierro
63 Carmen Borja (1957) Libro del retorno Lumen
64 Carmen Real Prado (1952) De la alquimia Torremozas
65 Cecilia Eudave Sirenas de mercurio Amargord
66 César Cunqueiro González-Seco (1941) No Eurídice de nuevo Trea
67 Cesar Ibáñez París (1963) Églogas invernales Vitruvio
68 Chantal Maillard (1951) Hilos Tusquets
69 Christoph Martin Wieland (1733-1813) Juno y Ganímedes Bartleby Editores
70 Clara Janés (1940) Espacios traslúcidos Casariego
71 Concha Castro (1968) Es tiempo de vivir Torremozas
72 Concha Martinez Miralles (1962) Libertad condicionada Torremozas
73 Dai Wangshu (1905-1950) Mis recuerdos La poesía, señor hidalgo
74 Daniel Aldaya Marín (1976) SMS Calambur
75 Daniel Macías Díaz (1965) Las aventuras de Imperio Sevilla Baile del Sol
76 David Álvarez Mar eterno Libertarias
77 David Coll Rodríguez (1971) La sed inmortal Jirones de Azul
78 David Escamilla (1969) La casa del tiempo Huerga y Fierro
79 David González (1964) Algo que declarar Bartleby Editores
80 David Moreno Hernández (1978) Parole, parole y otras palabras Trashumantes
81 Denise Levertov (1923-1997) Arenas del pozo La poesía, señor hidalgo
82 Diana Bellesi (1946) La voz en bandolera Visor
83 Diego González (1970) Mudanzas en los bolsillos Ellago
84 Diego Martínez Torrón (1950) Adagio al sol Algaida
85 Diego Medrano Fernández (1978) El viento muerde La Garúa
86 Dolan Mor (1968) Nabokov's butterflies Editorial Aqua
87 Dolors Alberola (1952) El ojo y el tiempo Vitruvio
88 Domingo López (1967) Suburbia Point de lunettes
89 Eduardo Castro (1948) Razón de vida Alhulia
90 Eduardo Castro (1948) Razón de vida Alhulia
91 Eduardo Jordá (1956) Instante FJML Vandalia
92 Eduardo Lizalde (1939) A la caza del tigre Visor
93 Eduardo López Pascual (1939) El tiempo que nos queda Vitruvio
94 Eduardo Milán (1952) Índice al sistema del arrase Baile del Sol
95 Eduardo Mitre (1943) Vitrales de la memoria Pre-Textos
96 Eduardo Moga (1962) Cuerpo sin mí Bartleby Editores
97 Eduardo Moga (1962) Haikus del tren El Gaviero
98 Eladio Orta (1957) Antisonetos Baile del Sol
99 Elena Burgos Teorema Libertarias
100 Elvira Calvo Pájaro del sueño Libros del minotauro
101 Emilio Arnao (1966) Entre la carne y la rosa Calima
102 Emilio Ruiz Barrachina (1963) Arroyo Sial/Contrapunto
103 Enrique Juncosa (1961) Bahía de las banderas Pre-Textos
104 Enrique Villagrasa González (1957) Líneas de Luz Olifante Ediciones
105 Ernesto Pérez Zúñiga (1971) Cuadernos del hábito oscuro Candaya
106 Eugenia Muñoz M. Ser de mujer Torremozas
107 Eusebio Lahoz Rozas (1976) Envío sin cargo Renacimiento
108 Ezequías Blanco Rubio (1952) Los caprichos de Ceres Devenir
109 Faustino Barriuso (1950) Una súbita esquina Hiperión
110 Federico Gallego (1953) Los poetas invisibles y otros poemas Visor
111 Fernando Aínsa Amigues (1937) Aprendizajes tardíos Renacimiento
112 Fernando Anaya (1975) Mecánica del desvelo Huerga y Fierro
113 Fernando Cañas (1964-2004) Diamante roto EH Ediciones
114 Fernando Gómez Aguilera (1962) Manchas ciegas Icaria
115 Fernando Ortiz (1947) Galería de espejos Hiperión
116 Fernando Quiñones (1930-1998) Crónicas de Al-Andalus EH Ediciones
117 Fernando Sánchez Mayo (1956) El alma en los ojos Asociación Cultural Astro
118 Francisca Aguirre (1930) Nanas para dormir desperdicios Hiperión
119 Francisco Alvarez Velasco Las aguas silenciosas Trea
120 Francisco Cenamor (1965) Asamblea de palabras Vitruvio
121 Francisco Croissier (1958) Esta noche en el baile Baile del Sol
122 Francisco Onieva Ramírez (1976) Perímetro de la tarde Rialp
123 Francisco Seijo (1967) Arritmias Vitruvio
124 François Cheng (1929) La escritura poética china seguido de una antología de poemas de los Tang. Pre-Textos
125 Gabriel Insausti (1969) Vida y milagros Pre-Textos
126 Gabriel Moreno (1977) Londres y el susurro de las amapolas Editorial Omicron
127 Georg Johannesen (1931-2005) Antología poética : Ars moriendi, Ars vivendi y otros poemas Bassarai Ediciones
128 Germán Guirado (1975) Menos tú El Gaviero
129 Ghérasim Luca (1913-1994) El inventor del amor / La muerte muerta La poesía, señor hidalgo
130 Gioconda Belli (1948) Fuego soy apartado y espada puesta lejos Visor
131 Giuseppe Ungaretti (1888-1970) El dolor Igitur
132 Gloria Nistal Rosique Poemas del amor diverso Sial/Fugger
133 Gonzalo Escarpa (1977) Fatiga de materiales Trashumantes
134 Gottfried Benn (1886-1956) Obras completas I, II y III Calima
135 Gracia Iglesias Lodares (1977) Distintos métodos para hacer elefantes Amargord
136 Guillermo de Jorge (1976) Corporeidad de la luz Ediciones Idea
137 Guojian Chen (1939) Lo mejor de la poesía amorosa china Calambur
138 Harold Pinter (1930) Poemas (2007) Visor
139 Héctor Álvarez (1948) Tirando de la cadena Poesía eres tú
140 Héctor Arnau (1976) Y el hambre y los ciegos Huesos Húmeros
141 Henrik Nordbrandt (1945) Armenia Bassarai Ediciones
142 Hermann Broch (1886-1951) En mitad de la vida Igitur
143 Herme Donis (1951) Latidos Amargord
144 Hilda Doolittle (1886-1961) Helena en Egipto Igitur
145 Hugo Gutierrez Vega (1934) Antología con dudas Visor
146 Ignacio Caparrós (1955) Templos vacíos Renacimiento
147 Ignacio Elguero (1964) Materia Hiperión
148 Indio Zammit Elegí fracasar Bohodón Ediciones
149 Inmaculada Luna (1966) El círculo de Newton Baile del Sol
150 Inmaculada Sánchez Alarcón (1968) Pasos en el aire Devenir
151 Isabel Pérez Montalbán (1964) Siberia propia Bartleby Editores
152 Isel Rivero (1941) Las noches del cuervo Vitruvio
153 Isidro Hernández (1975) El ciego del alba Pre-Textos
154 Isusko Larrinaga (1974) Bilbainadas Celya
155 Itziar Minguez Arnaiz (1972) Luz en ruinas Visor
156 Ives Bonnefoy (1923) Tarea de esperanza. Antología Pre-Textos
157 Jack Kerouac (1922-1969) Libro de jaikus Bartleby Editores
158 Jacobo Serradilla Spínola A veces camino en el sentido contrario Jirones de Azul
159 Jaime Alejandre El rencor Amargord
160 Jaime García Maiquez (1973) Otro cantar Pre-Textos
161 Jane Kenyon (1947) De otra manera Pre-Textos
162 Javier Corcobado (1963) Yo quisiera ser un perro El Gaviero
163 Javier García Rodríguez (1965) Estaciones KRK Ediciones
164 Javier Martín Ríos (1970) Arde Shanghai Alhulia
165 Javier Peñas Navarro (1956) Agua tinta en sangre Vitruvio
166 Je-Chun Park (1945) La canción del dragón y otros Verbum
167 Jesús Fernández Palacios (1947) Signos y segmentos Calambur
168 Jesús Fonseca (1952) Con palabras de carne Sial/Fugger
169 Jesús Jiménez Dominguez (1970) Fundido en negro DVD
170 Jesús Losada (1962) Los paréntesis imantados Celya
171 Joan Margarit (1938) Casa de misericordia Visor
172 Joaquín Benito de Lucas (1934) Los senderos abiertos Rialp
173 Joaquín Iriarte Callejas El segundo principio de la termodinámica Ediciones Idea
174 Joaquín Ortega Parra (1934) Morir es un estado permanente Aguaclara
175 Joaquín Pérez Azaustre (1976) El precio de una cena en Chez Moritz Algaida
176 Jorge de Arco (1967) La constancia del agua La Garúa
177 Jorge Galán (1973) Breve historia del alba Rialp
178 Jorge González Aranguren (1938) Qué perezosos pies Trea
179 Jorge Martín (1981) Más x que un sex-shop Vitruvio
180 Jorge Riechmann (1962) Conversaciones entre alquimistas Tusquets
181 Jorge Valdés (1955) Los alebrijes Hiperión
182 Jorie Graham (1950) La errancia DVD
183 José Alcalá-Zamora (1939) Versos del amor muerto Sial/Contrapunto
184 José Antonio Bable (1962) Presente anterior Pre-Textos
185 José Antonio Muñoz Rojas (1909) Las sombras Pre-Textos
186 José Antonio Ramírez Lozano (1950) Corambo DVD
187 José Barba Aquí el Mediterráneo Vitruvio
188 José Carlos Llop Carratalá (1956) La avenida de la luz Lumen
189 José Cereijo (1957) Música para sueños Pre-Textos
190 José Corredor-Matheos (1929) Un pez que va por el jardín Tusquets
191 José Daniel Espejo (1975) Música para ascensores Editora regional de Murcia
192 José Fernández de Soto (1960) Aprender a irse Hiperión
193 José Luis Alegre Cudós (1951) Poemas Olifante Ediciones
194 José Luis de Juan (1956) Versión del Este DVD
195 José Luis de la Vega Allende (1953) Poesía de miedo Olifante Ediciones
196 José Luis Gómez Toré (1973) Fragmento de un cantar de gesta Pre-Textos
197 José Luis Martínez (1959) Florecimiento del daño Visor
198 José Luis Olaya Cerca de tu memoria Gatoverde Ediciones
199 José Luis Vidal Carreras (1954) Horas y uvas Aguaclara
200 José Lupiañez (1955) La edad ligera EH Ediciones
201 José María García Domínguez y otros Sonidos secretos Jirones de Azul
202 José María Muñoz Quirós Ternura extraña Asociación Cultural y Poética "Atril" de Salamanca
203 José María Prieto 50 koan contemporáneos Miraguano
204 José María Prieto Haiku a la hora en punto Vitruvio
205 Josefa Parra Ramos (1965) La hora azul Visor
206 Josela Maturana (1959) Principio de la desolación EH Editores
207 Juan Antonio González Iglesias (1964) Eros es más Visor
208 Juan Antonio Marín (1968) Ciudad iluminada Vitruvio
209 Juan Carlos Abril (1974) Crisis Pre-Textos
210 Juan Carlos Friebe (1968) Las briznas Point de lunettes
211 Juan Carlos López Cantos Los ingenios del tedio Devenir
212 Juan José Almagro Iglesias (1966) El hombre bañera Bartleby Editores
213 Juan Pedro Carrasco García (1964) Puertas mal cerradas Vitruvio
214 Juan Polo Laso (1935) Mi voz enajenada Vitruvio
215 Juanjo Barral (1962) 1028 olas Baile del Sol
216 Julen A. Carreño (1984) La inquietud de las estatuas Hiperión
217 Julia Uceda (1925) Zona desconocida FJML Vandalia
218 Julio César Quesada Galán (1978) Tres veces luz La Garúa
219 Julio Espinosa (1974) NN Gens
220 Julio Martínez Mesanza (1955) Entre el muro y el foso Pre-Textos
221 Julio Prieto (1968) Sedemas Vitruvio
222 Karmelo Iribarren (1959) Ola de frío Renacimiento
223 Laura Rodríguez Pombo (1980) Dedos de hojalata Vitruvio
224 Leonor Martín Merchán Tálamo Asociación Cultural y Poética "Atril" de Salamanca
225 Leopoldo Alas (1962) Concierto del desorden Calambur
226 Lucas Rodríguez Luis (1978) Sueños de síntesis Baile del Sol
227 Luis Artigue (1974) Tres, dos, uno, jazz Fundación Jorge Guillén
228 Luis Bagué Quilez (1978) Un jardín olvidado Hiperión
229 Luis Frayle Delgado (1931) Canciones del arco Verbum
230 Luis Luna (1975) Cuaderno del guardabosque Amargord
231 Luis Rogelio Nogueras (1945-1986) Hay muchos modos de jugar Visor
232 Luisa Futoransky (1939) Següana Barrosa EH Ediciones
233 Mada Alderete Vincent (1959) La casa sin llaves Baile del Sol
234 Magdalena Lasala (1958) Y ahora tú pasas la mano osadamente Huerga y Fierro
235 Manuel Gahete Jurado (1957) Mitos urbanos Algaida
236 Manuel García (1966) Poemas para perros Point de lunettes
237 Manuel Jurado López (1942) En cielo ajeno Algaida
238 Manuel Jurado López (1942) El hombre inesperado Celya
239 Manuel Lara Cantizani (1969) El invernadero de nieve DVD
240 Manuel Martínez García Ellas, pronombre pasional Calima
241 Manuel Moya (1960) Interior con islas Pre-Textos
242 Manuel Padorno (1933-2002) Edernia Tusquets
243 Marga Clark (1944) El olor de tu nombre Huerga y Fierro
244 Margarita Souviron La palabra que nombra Torremozas
245 María Antonia González Macho El delirio del ángel Editora regional de extremadura
246 María Antonio Ortega (1954) Imaginaciones y rarezas, postales, recuerdos, souvenirs Devenir
247 María do Cebreiro Rábade (1976) Objetos perdidos Trea
248 María Eloy García (1972) Cuanto dura cuanto El Gaviero
249 María García Zambrano (1973) El sentido de este viaje Aguaclara
250 María Jesús Mingot (1959) Hasta mudar en nada Bartleby Editores
251 Ajo Ajo II. Micropoemas Arrebato Libros
252 María Luisa Blanco En tu mirada Poesía eres tú
253 María Paz Moreno (1970) Invernadero Renacimiento
254 María Rosal (1961) Discurso del método Aguaclara
255 María Rosal Fernán-Núñez (1961) Síntomas de la devastación Algaida
256 María Salgado (1984) Ferias Universidad Popular José Hierro
257 María Salvador Cabrerizo (1986) El origen de la simetría Icaria
258 María Sanz (1956) Luna de capricornio Aguaclara
259 Mariano Peyrou (1971) Estudio de lo visible Pre-Textos
260 Mariano Valverde Ruíz (1958) El fuego del instinto Vitruvio
261 Mario Benedetti (1920) Canciones del que no canta Visor
262 Mario Campaña (1959) Aires de Ellicott City Candaya
263 Marta López Vilar (1978) De sombras y sombreros olvidados Amargord
264 Marta López Vilar (1978) La palabra esperada Hiperión
265 Martín López-Vega (1975) Gajos Pre-Textos
266 Matías Miguel Clemente (1978) Los Límites La Garúa
267 Mercedes Gómez Blesa (1964) Los nuevos bárbaros Huerga y Fierro
268 Migue Angel Gara (1970) Gérmenes y momentos Amargord
269 Miguel Angel Muñoz Sanjuán (1961) Cartas consulares Calambur
270 Miguel Argaya Roca La ciudad, el deshielo, la palabra Devenir
271 Miguel Bermejo (1952) Lúpulo Fernandes de Silva Icaria
272 Miguel Galanes (1951) La vida por dentro Huerga & Fierro
273 Miguel García Posada (1944) Días precarios Visor
274 Miguel Salas Díaz (1983) La luz Hiperión
275 Miguel Veyrat (1938) Instrucciones para amanecer Calima
276 Milan Richter (1948) El silencio de los árboles en Hyde Park La poesía, señor hidalgo
277 Mills Fox Edgerton (1931) Dame la mano Vitruvio
278 Miquel López Crespí (1946) El sueño herido Devenir
279 Miriam Jurado (1977) La muchacha del mar Rojo Renacimiento
280 Nacho Buzón (1977) Suite de una estrella Baile del Sol
281 Nathan Zach (1930) Continente perdido Visor
282 Nemesio Martín Santamaría Viejo, hidalgo y pobre Aguaclara
283 Olga Guadalupe Mella De amor tan solo Vitruvio
284 Olga Xirinacs Díaz (1936) La casona en el parque Editorial Omicron
285 Omar García Obregón (1966) Resistencia en la tierra Verbum
286 Omar Lara (1941) Papeles de Harek Ayun Visor
287 Oscar Curieses (1972) Sonetos del útero Bartleby Editores
288 Pablo Guerrero (1946) Escrito en una piedra Visor
289 Paula Nogales Romero (1966) Vicios Ocultos Baile del Sol
290 Pedro Enriquez (1956) Ciudad en obras Alhulia
291 Pedro Guerrero Ruiz (1945) Levedad de la ceniza Aguaclara
292 Pedro Luis Ladrón de Guevara (1959) Escarcha sobre la lápida Huerga y Fierro
293 Pepa Cantarero Cortés Conversaciones con el nicho 612 Devenir
294 Peru Saizprez (1971) Un corazón con pelos Arrebato Libros
295 Philip Larkin (1922-1985) Las bodas de Pentecostés Lumen
296 Pilar Sanabria (1963) Efectos personales Celya
297 Rafael Cadenas (1930) Obras entera en verso y prosa. Pre-Textos
298 Rafael Camarasa (1963) Cromos Demes
299 Rafael Fombellida (1959) Canción oscura Pre-Textos
300 Rafael González Serrano (1955) Presencias figuradas Vitruvio
301 Rafael José Diaz (1971) Antes del eclipse Pre-Textos
302 Ramón García Mateo (1960) Como otros tienen una patria Algaida
303 Raúl Quinto (1978) Grietas. Poemas del Cabo de Gata La Garúa
304 Renée Vivien (1877-1909) Poemas Igitur
305 Reyes Cáceres Molinero Vivir en ámbar Verbum
306 Ricardo Díez Pellejero (1971) El cielo del sol mecido Olifante Ediciones
307 Rodolfo Häsler (1958) Cabeza de ébano Igitur
308 Rodolfo Hinostraza (1941) Poesía completa Visor
309 Rodrigo Galarza (1972) Odiseo en Lavapies Amargord
310 Rodrigo Galarza (1972) 17 tangos y algo más Amargord
311 Rómulo Bustos (1954) Sacrificiales Ventisiete letras
312 Rosa Diaz (1946) Los campos de Dios Alhulia
313 Rosana Curiel Defossé (1957) El buen amor siempre tiene dientes en la boca Baile del Sol
314 Rubén Bonifaz Nuño (1923) Luz que regresa Visor
315 Rubén Martín (1980) Radiografía del temblor Renacimiento
316 Rufino Félix Morillón La soledad de las arenas Algaida
317 Ryszard Kapuscinski (1932-2007) Poesía completa Bartleby Editores
318 Sagrario Torres Calderón (1922-2006) Esta espina dorsal estremecida Torremozas
319 Sandro Penna (1906-1977) Cruz y delicia. Extrañezas Lumen
320 Santiago Aguaded Landero (1962) Libro de los mendigos Baile del Sol
321 Sara Herrera Peralta (1980) La selva en que caí Torremozas
322 Sara Mesa Villalba (1976) Este jilguero agenda Devenir
323 Seamus Heaney (1939) Distrito y circular Visor
324 Sebastiano Grasso (1963) El talco bajo las bailarinas Huerga y Fierro
325 Silvano Andrés de la Morena (1953) Castilla, roca y verbo Celya
326 Siri Hustvedt (1955) Leer para ti Bartleby Editores
327 Soledad Fariña (1943) Se dicen palabras al oído Torremozas
328 Soledad Zurera López (1947) La blusa violeta JCL Barrio de Maravillas
329 Stephen Spender (1909-1995) Ausencia presente y otros poemas Lumen
330 Teresa Domingo Català (1967) Compasión en el tiempo de los locos Editorial Omicron
331 Tina Escaja (1965) Código de barras Celya
332 Tomás Hernández Molina (1946) Última Línea Hiperión
333 Tomás Segovia (1927) Llegar Pre-Textos
334 Varios Pulir huesos Galaxia Gutenberg
335 Varios Jaikus inmortales Hiperión
336 Varios Luna en la hierba Hiperión
337 Varios La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola. Antología Vitruvio
338 Verónica Volkow (1955) Litoral de tinta Renacimiento
339 Vicente Martín Martín (1945) Soliloquios en gris Amarú Ediciones
340 Vicente Martín Martín (1945) He aquí que aún me queda el dolor Vitruvio
341 Vinyet Panyella (1954) Taller Cézanne La Garúa
342 Viola Fischerová (1935) Antología poética Bassarai Ediciones
343 Violeta C. Rangel (Manuel Moya) (1960) Cosecha roja Baile del Sol
344 W.H. Auden (1907-1973) Los señores del límite Galaxia Gutenberg
345 William Carlos Williams (1883-1963) Los cuadros de Brueghel Lumen
346 William Ospina (1954) Poesía 1974-2004 La otra orilla
347 Xelo Candel Vila La arena Torremozas
348 Yaiza Martínez Montesdeoca (1973) El hogar de los animales Ada Devenir
349 Yannis Ritsos (1909-1990) Fedra Acantilado

martes, 19 de febrero de 2008

Babelia, tercera semana de febrero, 2008. Arenas del pozo. Denise Levertov,

Una sola reseña de poesía la pasada semana en Babelia. El libro se titula "Arenas del pozo", lo escribió Denise Levertov y lo traduce José Manuel Rodríguez Herrera. Edita La Poesía, señor hidalgo. La reseña la escribe Martín López-Vega, que hace un par de guiños a sus amigos, pero al que hay que agradecerle que haya sacado este poemario a la luz, poemario que afortunadamente nos había sido enviado como parte del concurso de mejores poemarios 2007.

La objetividad de Martín la suponemos alta en este caso: 10/ 10

Y la objetividad del colectivo Addison de Witt en este caso también creemos que lo es: 9 / 10

Hace poco hablamos de los poetas y de la metáfora. Denise Levertov (1923-1997) no es una poeta que se prodigue en un lenguaje metafórico, aunque sí profundamente visual y descriptivo. Su lenguaje es sencillo y directo pero a la vez contiene una gran intensidad lírica y un ritmo musical sorprendente. En este sentido, atención señores del fundamento endecasílabo, Denise decidió romper con el erróneamente entendido equivalente a nuestro endecasílabo, el pentámetro yámbico anglosajón, e investigar en la línea abierta de innovación métrica creada por William Carlos Williams. Pero quizás su característica más importante sea su lenguaje visionario, lenguaje que la entronca y la hace heredera, en este aspecto obviamente, de dioses de la categoría de Hart Crane o Walt Whitman.

Para Denise, la poesía es "una cierta clase de iluminación de revelaciones que ayudan a sobrevivir, a sobrevivir en espíritu a la vez que en cuerpo". Ve a los poemas capaces de "iluminar lo que sentimos pero que no sabemos que sentimos hasta que es articulado".

Precisamente la importancia del ritmo y la música en la poesía de Denise quizás ha llevado a que hasta la fecha no haya sido una poeta traducida al español, dada su enorme dificultad. Pero el traductor, José Manuel Rodríguez Herrera realiza un notable esfuerzo por llevar el tono de la poeta a nuestra lengua y, además, la edición es bilingüe, lo que permite además disfrutar en su plenitud del lenguaje poético y musical de la autora, para la cual los encabalgamientos son cruciales, algo que resulta muy difícil de plasmar en la traducción.

Denise vivió practicamente todas las guerras brutales del siglo XX y lo hizo desde una postura activa tanto en lo que se refiere a su antibelicismo como a su preocupación por el medio ambiente. Aunque durante años su poesía se tiñó de una fuerte orientación política, siempre mezclada de un sentido visionario y casi profético, en sus últimos años, periodo al que pertenece este libro, se ubicó en una especie de plataforma espiritual que le permitió observar el mundo con una enorme comprensión, evitando el nihilismo, y alcanzar momentos de alegría, pero también de apertura al misterio y a la belleza. Así se explica ella sobre un tema que hemos tratado en varias ocasiones en este blog: la posibilidad de escribir sin mirar el horror. La poeta lo responde con una pregunta:

"The yellow tulip in the room's warmth opens./ Can I say it and not seem to taunt/ all who live in torment?"

A la vez es capaz de disfrutar de sus sentidos y de tratar de penetrar en el centro del espíritu, como base de la totalidad. Una base espiritual que pone en nuestras manos:

"...when you seem to yourself/ nothing but a flimsy web/ of questions, you are given/ the questions of others to hold/ in the emptiness of your hands,/ songbird eggs that can still hatch/ if you keep them warm..../ You are given the questions of others/ as if they were answers/ to all you ask."

La poeta encuentra a Dios en la naturaleza pero también "en las pasiones humanas, crueldades, conceptos, crímenes, y en el ejercicio de la virtud". Sin embargo es la naturaleza la que cataliza todas estas fuerzas y nos permite notar la presencia de lo divino. Para ella la naturaleza es una realidad paralela a la actividad humana, una fuente de renovación y retiro.

"Un mundo
que, aunque coincidente, es paralelo al nuestro.
Lo llamamos «Naturaleza» y al tiempo nos cuesta
admitir que nosotros también somos «Naturaleza»".

El poemario "Arenas del pozo" está construido sobre la base de "Evening Train", su antecesor, que conmemoraba su mudanza a la costa del Pacífico norte, a Seattle, y su admiración a la naturaleza circundante. En Denise se refleja un impulso por penetrar en el mundo espiritual que se filtra en el mundo físico, a través precisamente de una intensa observación de la naturaleza. Cada poema es casi un ejercicio espiritual para sobrevivir al mundo y para revelar la alegría y evidencia de lo que para ella es un seguro creador.

Levertov se convirtió al catolicismo en sus últimos años, aunque siempre lo hizo alejada de dogmas, siempre coqueteando con la duda y la creencia, lo conocido y lo desconocido. Pero más que en el catolicismo, su herencia espiritual más importante proviene del movimiento hasídico, con claras influencias orientales.

"I see no reason why purgatory / may not be reincarnation"

"Arenas del Pozo" se divide en ocho partes. Vamos a ser breves esta vez porque el libro es largo y tampoco queremos extendernos demasiado y acabar aburriendo.

La primera parte, "Primavera de cuervos", es una muestra clara de esa fusión de naturaleza y espiritualidad ya comentada, no exenta de preguntas incómodas a su Creador:

"Como si el mundo fuera un pensamiento
de Dios y después dejara
de pensar. La atención divina
distraída."

Imagen y reflexión se aúnan en el magnífico comienzo de "Manos vacías":

"Por la noche los cimientos se hunden.
La imagen de Dios se forjó
a golpes de aleación. Un leve estrépito
al rodar de su nicho."

Con el título de la segunda parte, "Visitas al otro mundo paralelo", la poeta hace referencia a una visión de la naturaleza dualista en su incorporación del ser humano. En algunos poemas, la sombra de William Carlos Williams es muy evidente como en el caso de "El autobús de las 6:30". Impresionante por otra parte el poema "Noche de San Juan":

"...
la montaña
se aparta de tanta pompa,
de tanta vanidad superficial,
y va a la deriva sobre el horizonte,
fantasmal, irresoluta, más parecida
a una polilla blanca y frágil
que a la tensión masiva
de rocas, de su osamenta, bajo
su carne de nieve."

Y sorprende también su capacidad para detener cada instante:

"Los copos,
suaves en el aire apaciguado,
no cesaban de caer. El silencio
se hizo más y más profundo. El día, corto,
quedó suspendido, interminable."

La tercera parte del libro, "Debería ser visible", breve en relación a las otras, comienza con el poema "Protestas en una zona nuclear", que termina con un intento de acercamiento de la poeta con la tierra:

"Poco a poco
mi rechazo fue relajándose, aprendí
casi a amar
la tierra seca y hostil, su polvorienta vegetación
de matorrales secos, esparcidos por un viento que no cesa;
sentí ganas de inclinarme
a besar ese rostro de lepra."

En esta parte la poeta se acerca también a la naturaleza exterior a la tierra, al espacio, como si el hombre fuera observado desde el exterior.

Anamnesis es la cuarta parte. En ella destaca el poema "Anamnesis en la falla", que termina así:

"En cada pájaro
un viaje tempestuoso.

En cada cruz
inclinada, sueños
humanos,
nubes,
el cambio
de estaciones.

Y en cada tumba.

En cada éxtasis,
ímpetu. Edificio
oscuro, luz de fondo, mayor que
casa o tumba. Oro
blanco en su aura. "

La quinta parte, "Representaciones", consiste en un sólo poema con varias partes, de un contenido narrativo bastante elevado, y por tanto, con un menor interés poético para nosotros. En dos poemas la autora vuelve al pasado. Destaca por su calidad el poema final, "Tiempo recuperado", de una enorme belleza formal.

La sexta parte, también breve, se titula Raga y gira en torno al placer de la música, con homenajes a Haydn, Brückner, Bäch, etc.

En la séptima parte, Viento del sur, Denise se centra en mayor medida en la unidad de la naturaleza y el hombre, y en como la observación es tanto un estado del ser como del llegar a ser. En esta parte, Levertov también medita sobre el carácter sagrado de ese regalo que llamamos lenguaje, y hay numerosos guiños metapoéticos.

Lenguaje primario

Si queda algún rastro de la lengua de Ur entre nosotros,
furtiva como un pterodáctilo pigmeo
en el bosque, avistado a veces al alba,
posado en cables de teléfono, o como
peces prehistóricos descubiertos en la gruta
más profunda del océano, esa sería la exclamación,
universal en cualquier sonido, la triunfante,
de asombro, esa interjección infantil, «¡Esto!, ¡Esto!»,
que muestra y propone un objeto, el que sea,
la afirmación antes de ser nombrada.

Esta penúltima parte termina con el poema "Himno a la oscuridad" que comienza de esta brillante forma:

"La belleza gruñe en la fértil penumbra.
No turbes
su brillo. Las sombras
no son ardides diseñados
para confundirte. Crecen
con sutil sencillez desde su raíz,
silencio.

Y las palabras que
soltamos antes de que podamos dudar
de su rareza son puentes flotantes
(¡rápido!, ya estás al otro lado) para
oscurecer su luz,
deslustre en plata vieja,
bronce sepultado."

En la última parte, "Cerca de un lago", Levertov muestra de manera más clara su evocación de la fe cristiana a través de unos poemas que enseñan el camino recorrido por la autora desde la sorpresa hasta la adoración:

"Las aves flotan en las corrientes de aire.
¿Aliento sagrado? No, no es el aliento de Dios,
pareciera, pero Dios
es el aire envolviendo la entera
circunferencia del ser.
Somos nosotros quienes respiramos, dentro, fuera, dentro, lo
sagrado,
hojas agitadas, nuestras alas
elevándose, erizadas
..."

El tono del poemario a estas alturas roza el misticismo, siempre bienvenido para este grupo paradójicamente ateo:

"Que el milagro
es posible,
posible y esencial,
vale para todos los
«puristas de la imaginación»,
poetas o no.
¿Pueden las mentes intricadas
nutrirse
de conceptos,
como epifitos que florecen
en un alto dosel?
¿Pueden
subsistir con la luz,
con la mitad
de la metáfora que no está
enraizada en el polvo, los granos
de arena,
el barro carnal?
..."

Aún así hay varios poemas donde se muestra una religión a veces dubitativa pero firme al final, y de esa firmeza nace su último poema: "Misterio supremo".

Hay que agradecer a la editorial "La poesía, señor hidalgo" el que nos haya traído este magnífico volumen de poesía de Denise Levertov, inédita en España. Esta poeta escribió un gran número de poemarios y sería interesante que algún editor se animara a sacar al mercado una antología de esta autora, testigo directo y visionario de una de las etapas más convulsas de la historia de la humanidad. Para aquellos que quieran saber más de ella, u orientarse sobre la posible antología, aquí dejamos un excelente artículo disponible en Internet sobre la autora:

http://findarticles.com/p/articles/mi_qa3777/is_199710/ai_n8769833/pg_1


En conclusión, un libro especialmente recomendable de una poeta que por fin llega traducida a nuestro país. Un poemario que aúna a la vez mística y cotidianidad, capaz de atrapar la epifanía del momento espiritual y sensitivo. En él, los lectores encontrarán esa iluminación de revelaciones que ayuda a sobrevivir, a sobrevivir en espíritu a la vez que en cuerpo. Poesía, en resumen.

Valoración del libro "Arenas del pozo": 8,5 / 10

Gracias a todos y feliz semana.