domingo, 31 de mayo de 2009

Secretos de poesía: Inane, de Isabel Navarro


Hola a todas y todos:

Sólo la casualidad ha llevado a este libro a nuestras páginas. La casualidad de una buena librería cuidada por un buen poeta en la que, encima de la mesa, nos encontramos con una portada que llamó la atención a nuestros ojos. Todo ello gracias, en buena parte, a las excelentes ilustraciones de Quique Krause. Casualidad también porque hablamos de un libro editado a comienzos de 2008, y que encontramos hace un mes, de una editorial no muy concurrida en las librerías, Editorial Complutense, y de un premio, Blas de Otero, que tiene otro premio a su nombre bastante más previsible (con los defectos habituales que solemos señalar en los premios). En este caso, todo lo que rodea al premio parece un esfuerzo digno de principio a fin aunque sería interesante que cada edición indicara los miembros del jurado.

No es tampoco demasiado sencillo que traigamos un primer libro. Un primer libro no significa que la poeta, como parece apuntar en su biografía, no lleve ya unos años perfilando su oficio de poeta. Pero en cualquier caso, es un primer libro publicado a los 31 años, edad en la que si uno ha leído lo suficiente, y parece que es el caso de Isabel, las posibilidades de arrepentirse de lo escrito años después, ese clásico de nuestros primeros poemarios, se reducen.

Lo cual no quiere decir que no hayan detalles que lleven a pensar que es un primer libro. Pero con todo, nos ha parecido un poemario lo suficientemente bueno como para entrar en nuestra lista de secretos de poesía. A un libro por cada cien leídos, aproximadamente, algo de mérito tendrá la poeta.

"Inane" es el título del poemario, y es el nombre, de referencias alegóricas, de la protagonista. En general es la tercera persona la que, de manera omnisciente, nos describe a este personaje hermético y claro a la vez, apenas descrito, pero de cuyos sentimientos nos sentimos partícipes casi desde el comienzo.

A nivel de estructura el libro se divide en diez partes, comenzando por la número diez y reduciéndose progresivamente hasta la parte número uno. Cada parte contiene poemas con el mismo número de versos que le corresponden por título. Se va, en consecuencia, desde el poema de tamaño medio, complejo, hasta el epigrama apenas sugerido por un único verso.

Inane tiene definición de hambre en la poeta, un hambre que será hilo conductor de buena parte de la sugerida trama narrativa del poemario, en dónde brilla la cebolla, el arroz hecho al sarmiento, el pimiento rojo o el ajo, cuando la poesía en más clara, o la metáfora que trasciende el significado sustantivo en otros casos.

Pero el libro no es sólo la historia de Inane. También aparece la propia narradora, que se mezcla con la historia de Inane, en una historia en primera persona, urbana, sexual, maldita e insomne.

El narrador establece un diálogo ficticio con la protagonista, sea preguntándole, "Dime inane, ¿a qué crees ser inmune?" o bien recibiendo una afirmación que oímos a través del narrador: "Dices que te negaron la belleza." En otras ocasiones se escucha la voz de la narradora, intercambiándose poemas y planos de tiempo.

Inane es "la fea", "la gula", "la ebria", la que "acecha Itaca desde la cocina", la estéril ("se recriminan a esputos / tu esterilidad"), la que quiere ser otra, la de las malas noticias y la hambruna. Si bien, aparentemente, el marco temporal en el que se mueve Inane podría ser el de comienzos de siglo XX, ligado quizá a las hambrunas, sus ecos llevan hasta los problemas alimentarios de la sociedad actual y sus consecuencia sobre la preocupación por la imagen (preocupación sobre la importancia de la imagen femenina versus la masculina que se ve muy clara en el poema sobre la virgen y la peluca). La preocupación alimenticia volverá hacia el final del poemario, como una herencia de abuelas a nietas, vasos comunicantes, con un origen muy distinto y un tratamiento poético también distinto, y menos efectivo por el cliché, y la búsqueda del mensaje a costa de la forma:"El mismo donut, ahora con menos calorías"

Es una mezcla extraña, en el sentido positivo del adjetivo, de herencias, genéticas y mundos, en la que tiene mucho que ver el lenguaje que utiliza la poeta. Y es precisamente el uso del lenguaje uno de los aciertos principales de este libro. El léxico que utiliza Isabel es muy rico pero en casi ningún momento parece fuera de lugar, ni aparenta rebuscado. En ocasiones el lenguaje desciende a lo más cotidiano y en otras roza el cultismo o el arcaísmo ("y de trova vieja"). En otras ocasiones verbaliza un sustantivo ("de una ciudad que se extrarradia") o tuerce la sintaxis para acomodar el verso a la circunstancia.

También iguala hambre y poesía. Isabel introduce y mezcla ambos conceptos, como hace en el segundo poema del libro:

"La palabra del maestro es el calostro del poeta,
una teta con miel y calendario,
la electricidad de un niño de juguete."

Es justo cuando la poeta habla de poesía cuando su verbo se maligniza, como cuando presenta a la gemela de Inane:

"Los versos con agallas habitan en la charca,
se hunden, con Inane
y su gemela, Grieta..."

En general hay una desconfianza hacia la palabra: "Puta palabra, / jamás debiste escapar de la nana."

El discurso está marcado por un substrato pesimista, que suele cerrar el final de algunos poemas, como es el caso del anterior: "La leche del maestro es tan efímera como la destrucción del día."

El sexo aparece también en ocasiones sea como una referencia familiar, "La caricia del padre puede ser incesto o privación", como observación, " la sabia lascivia de perros y gatos", o como parte de una historia corta: "Hablar por hablar / para después gemir. / Casi uno de esos romances a las 5 de la mañana." El deseo también se traslada a Inane: "En la despensa de tu abuela / un cerdo se ahorca /ajeno al deseo lúbrico / de Inane."

El lenguaje se extrema en algunos casos buscando un malditismo, a veces tremendista, que suena un poco fuera de lugar y demasiado fácil: "En el gozo limítrofe / de la amputación", "Cada día un poco más puta, / lucha contra las sábanas / para dejar de ser fea.", "Alguien me dijo que nunca pudiste evitar / estudiar en la misma mesa / donde tu madre degollaba los conejos", "Reconozco a la boca por su coprofagia / y mi parentesco".

Como suele ocurrir, y no sólo en primeros libros, es en la parte metafórica y metonímica donde a veces la poeta necesitar pulir más su oficio: "En el ring de tu vientre...", "cuando manchas las hojas / del recuerdo inmaculado.", "arrastras una trenza de deseos obstruidos", "y su entereza salta / como el mercurio / de un termómetro roto.", "A cucharadas el tiempo se cae / sobre la boca.", o el poema completo de la paella del domingo.

Pensamos que es también mejorable el cuidado rítmico del verso. Se tiende a confundir en buena parte de la poesía que estamos leyendo el verso libre con el descuido rítmico. En este sentido, "Inane" no es una excepción. No hay que trabajar sólo la sintaxis, semántica y léxico de los poemas. Hace falta un estudio detallado del ritmo de cada poema, estudio del que parecen ajenos la mayoría de libros que leemos.

También nos parece que conforme el número de versos de los poemas va disminuyendo, la calidad de éstos se va reduciendo: "Si grita el miedo / tengo Cabrales / para abrumar su boca.", "Tras el donut / la muerte. / El mismo agujero".

Aún siendo consciente de sus defectos, estamos ante un libro con bastantes poemas muy encima de la media habitual:

"Inane en la ciudad
con el esqueje en las manos.

Sin saber a dónde."

Los hallazgos no son desde luego menores, algunas veces recordando giros surrealistas, "La utopía huyó de tu lado / como una biblioteca prestada". Otras veces son una descripción cruda de Inane:

"Ronca y famélica,
con el dolor viejo
que nos enseña a cazar
donde sólo hay otros hombres que se arrastran."

Algunos poemas se complementan de principio a fin:

"Si estuviese en París
y fuese jueves,
pediría al Dios de la creación
unos ojos de animal nocturno
para gatear a tientas entre
la belleza y los deshechos."

Otros, que avanzan de manera excelente, dejan una extraña sensación en la parte final, que podría haber sido resuelta mejor:

"El pecado venial de las azadas
es cavar la tierra para sepultar un credo.
Es el penúltimo dogma de los cínicos:
sembrar la era con hortalizas invisibles.
La fe desgastada, como el bajo de los vaqueros."

La poeta, en uno de los últimos poemas, define a la narradora: "pero sospecho que soy hambre". "Inane" es un poemario original, bien escrito y estructurado, con voz propia y personal desde ya, atrevido en su forma, escrito por una persona con talento para el verso y con una imaginación potente. Un primer poemario bueno de una poeta a seguir.

Valoración de "Inane": 6,75 / 10

domingo, 24 de mayo de 2009

Fallece José-Miguel Ullán


Ayer falleció uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX: José Miguel Ullán. Su nombre no aparecerá en los periódicos en primera página ni en los telediarios. Es el precio de crear al margen de los mercados y las modas, alejado de la dicha fácil del populismo barato.

Hace aproximadamente un año que publicamos la contracrítica a su poesía completa aparecida bajo el título de "Ondulaciones" en Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.

http://criticadepoesia.blogspot.com/2008/04/jos-miguel-ulln-ondulaciones-poesa.html

Poetas como Ullán son necesarios en una poesía española cada vez más y más tumorizada por las corrientes más conservadoras. Sólo hay que ver la crítica que Prieto de Paula realizó ayer en Babelia y perdón por la digresión pero es realmente enervante y coincide con el día del fallecimiento. El crítico alaba la involución hacia comienzos del XIX de la poesía de Marzal ("conmueve ver a un autor abandonar la poética donde sentó plaza de maestro y, casi con temeridad, entrarse más adentro en la espesura"). Deprimente en su insulto a la inteligencia y cursi hasta límites insospechados en su prosa ("desde cuyas escarpaduras apenas se divisa aquella lírica...", "un conocimiento cuya flor sólo se abre en el poema"). No es posible entender que poetas tan malos lleguen a críticos de poesía y ayuden a establecer un falso y caduco canon en las extremidades del conservadurismo.

Con la misma depresión de contemplar la poesía mediática sumida hoy en el ridículo dejamos aquí la nota de prensa que nos ha enviado la editorial y, por supuesto, animamos a los lectores, en especial a los más jovenes, a entrar en la poesía de Ullán, cuya obra completa vale por tantos años de tantos premios mediáticos y ultraconservadores, y que pasará por encima de tanto crítico mediocre de olvido cercano.

Al decir de María Zambrano, Ullán era "eso tan raro hoy --época de profesores y comentaristas-- que se llama cantor, un ser viviente entre tanto simulacro de vida". Un cantor con voz "personal y rigurosa", en opinión de Octavio Paz, quien aclaró que se refería "no solamente a la poesía de España, sino a la poesía de todo el orbe hispánico". Y con una atención extrema a la lengua, como subraya por su parte José Ángel Valente: "Acaso no haya palabra nuestra, de bastante tiempo a esta parte, que haya brotado como ésta brota --en verso y en prosa-- de tan admirable don de lenguaje". Por su parte, Julio Cortázar afirmó que "dentro de una producción en la que suelen hacerse sentir demasiado las influencias y las corrientes a la moda, la poesía de José-Miguel Ullán se aparta resueltamente de lo trillado, incluso a riesgo de sorprender o escandalizar, y se sitúa en un nivel individual que le da su acento más profundo y valedero".

José-Miguel Ullán nació en Villarino de los Aires (Salamanca) el 30 de octubre de 1944. Tras el bachillerato, en 1959 se traslada a Madrid e inicia estudios de Ciencias Políticas, Ciencias Sociales y Filosofía. En 1966 se exilia en París, donde sigue cursos en la École Pratique des Hautes Études con Pierre Vilar, Roland Barthes y Lucien Goldmann, y donde trabaja en la ORTF, dirigiendo las emisiones en castellano de France Culture.


A su regreso a Madrid en 1976, se incorpora a Ediciones Rayuela y desarrolla una intensa actividad en medios como El País, Radio Nacional o Televisión Española; subdirector de Diario 16, funda el memorable suplemento Culturas. Su trayectoria periodística está marcada por el sello de la singularidad, por un efecto de profundidad y dilatación en el que caben la ligereza, el humor y la ironía: el programa televisivo Tatuaje o la recopilación de columnas de El País en el libro Como lo oyes (Articulaciones) serían buen ejemplo de ello. Por otro lado, Ullán, co-autor de libros con artistas y notable conocedor del arte contemporáneo, ha organizado numerosas exposiciones; entre sus ensayos sobre arte, destaca el volumen Tàpies, ostinato.

En el 2008 Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores publicó Ondulaciones. Poesía reunida (1968-2007), que recogía el conjunto de su obra y que integraba sus agrafismos, poemas dibujados por el gesto libre de la mano que en otras ocasiones escribe. Unos agrafismos que, durante el último año, han protagonizado exposiciones dentro y fuera de España, la más reciente el pasado mes de abril en Nápoles.

La escritura de José-Miguel Ullán, bien lejos del mito de lo inefable, presenta al poeta frente a un mundo saturado de lenguaje, en el que sólo le cabe abrir una pausa, aislar un punto en la cadena interminable de palabras. Escribir no sería entonces crear, sino desdecir, retirar de lo ya dicho los códigos sociales del discurso, las voluntades de poder. Así, buscando el poema en el seno de la lengua real, se compone una poética de la no representación y de la forma libre, donde entran en contacto y mutuamente se depuran los elementos más dispares, de lo banal a lo más alto. La aguda sensibilidad lingüística y la peculiar densidad sensorial componen un espacio táctil y oscuro, de insólitas intensidades y resonancias.

Tal modo de relacionarse con la lengua supone un extremo ejercicio de atención; es el papel en él de la ironía: la forma que el texto tiene de atender a sí mismo. A ella se asocian la discontinuidad, el poder de la ausencia, el límite escéptico; arraiga a la vez en el humor y en la seriedad, en el conocimiento y el afecto. En este desdoblarse de la escucha, el sentido no se niega ni se afirma, no espera a ser descifrado, sino que se sugiere y se suspende en un solo gesto: el poema funciona como enigma, permanencia del pensamiento y la emoción en sus estrictas palabras, rara literalidad. Campo para la energía de un sabio dinamismo, vías para una lectura abierta en la que siempre se mantendrá viva la singularidad de José-Miguel Ullán, figura irrepetible de la cultura española contemporánea.

GALAXIA GUTENBERG / CÍRCULO DE LECTORES

Mayo del 2009

jueves, 21 de mayo de 2009

Gamoneda y Benedetti

Hemos decidido finalmente crear una entrada sobre el tema Gamoneda-Benedetti porque lo consideramos suficientemente importante. Aclaramos que nuestra objetividad es muy baja. Copiamos los comentarios ya aparecidos sobre este tema en la anterior entrada.

El primer punto que habría que destacar es que Mario Benedetti muere el 17 de mayo, domingo. El lunes 18 de mayo, en la sede de Círculo de Lectores de Madrid, Antonio Gamoneda presenta su libro de memorias "Un armario lleno de sombras". La presentación es para la prensa y allí se unen la mayoría de medios de comunicación de España. Es importante este punto porque no es Gamoneda saliendo hacer unas declaraciones por que sí, sino es en la presentación de su libro el día después cuando los periodistas le preguntan.

Es difícil saber qué dijo exactamente Gamoneda. Si atendemos a Europa Press, esto es lo que dijo:

"Antonio Gamoneda; para el Premio Cervantes la poesía del uruguayo no se incluye dentro de lo que él considera la "verdadera modalidad esencial del pensamiento poético". Para Gamoneda, lo relevante de Benedetti era su "honradez intelectual" y su "capacidad crítica" social o política. "Era un hombre cuya obra es certera en ese sentido, otra cosa es la modalidad linguïstica de su poesía, que yo respeto, pero no comparto". "Lo que intentó hacer lo hizo ampliamente bien y dentro de lo que eran sus propósitos", ha subrayado."

Otros artículos, sólo lo hemos visto algún periódico regional, también añaden que: "En eso era un poeta menor", frase a la que algunos han quitado "En eso" para decir solamente "era un poeta menor", que sin duda suena mucho peor y, peor, es falso.

El poeta enumeró varias alabanzas a Benedetti que han pasado completamente desapercibidas y que sus críticos, que le esperaban con la complacencia y complicidad de varios periodistas, han aprovechado para clavar sus respectivos puñales.

Si el poeta dijo o no esa frase, cómo la dijo y en qué contexto, es imposible de decir por nuestra parte. Si la dijo, probablemente no fue una frase afortunada pero incluida en su contexto, refiriéndose a una parte concreta de la poética de Benedetti, y no cómo una generalización, pierde buena parte de su aspereza para situarse en el terreno de los comentarios poco afortunados en el peor de los casos.

Ahora bien, toda la reacción posterior del grupo Visor, ajenos no sólo a las palabras amables del poeta sino, desde la calma y la reflexión, insultando, deja claro la calaña y la altura moral de estos personajes.

En un artículo en Público, una tal Paula Corroto escribe esto:

http://www.publico.es/culturas/226589/poetas/defiendena/benedetti/gamoneda

Ignoramos los conocimientos de poesía que puede tener esta mujer pero en periodismo hay que preguntar a las dos fuentes. De lo contrario, el artículo queda sesgado. La articulista recoge las impresiones de tres visores, a cada cual peor poeta, entre las que destaca, cómo no, la de Benítez Reyes: "Gamoneda es un hombre tosco, con mucho complejo de inferioridad, y que además se ha creído un gran poeta cuando es un poeta del montón". Cuando Felipe escriba un solo poema bueno, y ya llevas años intentándolo, podrás comenzar a hablar mal de gente a la que, poéticamente, no llegas a la suela de los zapatos. Hablar mal como lo has hecho a lo largo de toda tu vida es retratarte a ti mismo, desde aquella señorita de provincias cuyo libro supera a tu obra completa llamada Blanca Andreu a la que pusiste de vuelta y media cuando casi era una niña. Curiosamente tu odio siempre recae sobre poetas brillantes. Otros lo llaman envidia.

Curiosa también la aportación del simpatizante pepero Wilkins según el cual Miguel Hernández ha desaparecido. Habría que preguntar quién se acuerda de Juan Cobos.

Benjamín Prado, que también aparece en el artículo de Público, y cada x semanas en el lamentable programa de Dragó en la lamentable Telemadrid, utiliza el todopoderoso El País para hablar de Gamoneda en términos que sitúan a Gamoneda como un enterrador. Bien por la secta. Había ganas.

http://www.elpais.com/articulo/madrid/afeitadora/Benedetti/elpepuespmad/20090521elpmad_14/Tes

Por cierto, votad al artículo de Prado, por ejemplo, con un voto, refrescad la página, y vuestro voto habrá desaparecido. ¿Quién habló de libertad?

Luego está un tal Julio Castro, que directamente habla de franquismo y de monarquía en la persona de Gamoneda. Hay que ser decididamente tonto o ignorante para decir esa estupidez. No seremos nosotros quienes no digamos que nos hubiera encantado que Gamoneda hubiera rechazado acudir a recibir el Cervantes al ser entregado por la persona que el dictador eligió como jefe de Estado. Ídem con el reina Sofía. Que sepamos, nadie lo ha hecho hasta ahora y no por eso se les califica de franquistas o monárquicos. Lo contrario es un discurso apolillado en el que se aprecia a esa izquierda revenida que huele a Stalin que apesta.

http://www.larepublicacultural.es/article1700.html

Y para terminar esta antología de voceras del poder, el poder poético mismo, Chus Visor, dice: "A Mario no le hizo falta, como a otros, obtener el Premio Cervantes para alcanzar lectores ni popularidad. Este es un galardón que, en ocasiones, está bien dado, como el de Marsé o el de Gelman, pero luego hay ediciones en que se lo dan a poetas de segunda división como es el caso de Gamoneda, un ser sujeto al techo por telarañas y al que no entiende nadie. Puede que Benedetti no sea Cernuda, pero comparado con Gamoneda es el Barça frente al Alcoyano."

Que Visor no entienda a Gamoneda quizás tenga más que ver con su nivel de inteligencia y/o sus conocimientos poéticos que con la escritura del poeta, que nunca nos ha parecido hermética precisamente. Otra cosa es que todo lo que salga de abc sea una frase subordinada de una subordinada para el exitoso editor. La comparación Benedetti Gamoneda que establece es, como diría la mujer de Aznar, como comparar peras con manzanas.

En el lado de la defensa, un blog que no conocíamos:

http://abenyusuf.wordpress.com/

Un artículo perdido del Norte de Castilla:

http://www.nortecastilla.es/20090521/articulos_opinion/actitud-nada-comun-20090521.html

Y por otra parte, Pepo Paz, con quien hemos discrepado no pocas veces, desde su blog:

http://pepopazsaz.blogspot.com/

Las flechas contra las armas de destrucción masiva.

Estamos de nuevo ante una lucha de poder, del poder del monopolio Visor por tratar de controlar todo lo poético que se mueve en España (incluidos los premios estatales) y en Latinoamérica. Gamoneda no entró en el monopolio ni en el juego de los premios premiados y de esa decisión procede la persecución vengativa, chabacana, sin capacidad de discurso y escrita desde la mediocridad poética, sea con Reyes, con Prado o con muchos otros triunfitos premiados. El tiempo os va colocando en su sitio. Que alguien como vosotros insulte no es sino motivo de alegría porque supone estar lejos de vuestra mala sombra.

Descanse en paz Benedetti, alejado por fin de tanta miseria.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Secretos de poesía: Un hombre por venir, de Fernando Menéndez


Hola a todos y todas:

En esta entrada hemos querido rescatar a uno de los finalistas a mejores poemarios de 2008. Se trata del libro de Fernando Menéndez "Un hombre por venir". Está editado por Icaria.

Hubo dos razones para elegir este libro. La primera, obvia, es que el libro nos pareció un buen poemario, e iremos dando las razones para ello. La segunda es que apreciamos una clara progresión en la poesía de Fernando, progresión que anticipamos continuará conforme siga desnudando su poesía de retórica que, ni va ya con su poética, ni es el terreno en el que mejor se defiende.

"Un hombre por venir" se divide en cinco partes. La primera da título al libro. Hay un cierto substrato narrativo, que unificaría tanto cada una de las partes como el conjunto del libro, pero es un substrato apenas esbozado, que permite al poeta construir a partir de ese punto su poesía pero en dónde la forma es más importante que el fondo. Comienza el libro de esta manera:

"Quema con una cerilla las cuatro esquinas de un folio. El fuego tiene una mirada en el pasado. Los bordes, ahora ennegrecidos y dentados, dan un peligro de nostalgia, un consuelo de mentira. Se pone un vestido negro, desliza las manos por el estómago. Hubo un hombre que asomaba su miedo por los perfiles.
Colocaba un cigarrillo en la oreja: podía esperar..."

Un aspecto que merece destacar de este primer poema, y que constituye un denominador común del libro, es el buen manejo de los tiempos verbales así como de los cambios de plano temporal, siempre ajustados y en nada arbitrarios. Lo mismo ocurre con el sujeto poético, a veces en tercera persona, a veces en primera, otras en segunda. El resultado se parece bastante a una técnica pictórica fragmentaria, no demasiado lejana a un cubismo que el propio poeta mencionará más adelante.

En la parte menos destacable habría que mencionar un lenguaje que utiliza con demasiada frecuencia la sentencia: "La muerte en el agua no es una muerte"; "La suerte comienza por las costumbres"; "Nunca se mejora con las explicaciones". "Nadie vive sin buscar pausa"...

A veces el léxico y su uso nos recuerda la tradición surrealista: "Ártico un labio que pide fuego. Primer piano y se desnuda el brazo izquierdo, segundo piano y se desnuda el brazo derecho". Resulta curiosa y acertada la adjetivación del sustantivo en este caso.

La elipsis de la historia subyacente también tiene su contrapunto como figura retórica y es quizás la herramienta que con mayor profusión utiliza el poeta. De nuevo, suele acertar en su empleo: "Timbres cada indecisión...A medianoche espera función de institutriz"

Esta primera parte termina con la sugerencia de la muerte en varios poemas, uno de ellos casi elegíaco de la infancia. La palabra miedo es una de las claves narrativas del poemario, junto con esa persona en construcción.

En "Perro ladrador", la segunda parte, el poema se hace mucho más corto y rompe su estructura espacial prosística para acercarse a la estructura del poema tradicional (aunque cada verso es una frase separada por dos espacios). Los primeros poemas suelen tener dos versos cada uno y el cierre es demasiado brusco y, de nuevo, algo sentencioso. No es un terreno en el que el poeta parezca sentirse tan cómodo como en la abstracción o en la observación. En ocasiones el mensaje prima sobre la poética, como en el poema que termina diciendo "En sí, la vida es exagerada". En otros, el nivel es mayor aunque no estemos a la altura de otras partes del libro:

"La pereza ha dado origen a Dios.

Desaparecerán los hombres. Qué ínfima medida la ley."

El nivel mejora con los poemas de 4 o 5 líneas del final de "Perro ladrador", en donde el autor parece acercarse a la metapoesía recorriendo sus bordes. El siguiente poema parece una definición de estilo:

"En el camino recorrido no hay ficción.

Su sequedad comienza antes del destierro.

Entonces, escribí."

"Desfiguraciones" retorna al poema en prosa, en un paso intermedio entre la primera y segunda parte. La infancia vuelve, "el electricista nos regaló una culebra de cobre...", surge el erotismo (acompañado siempre de una referencia maternal y láctea) y a la vez aparece una mirada crítica hacia el trabajo de los demás (que también se repite en la siguiente parte: "Lo que mastican los esclavos camino del autobús") y a la propia rutina de la vida cotidiana. El estilo es más figurativo que en la primera parte y resalta de nuevo la figura de la elipsis.

"Alquimistas de sí mismos", cuarta parte, muestra por primera vez un lado más irónico del poeta, que podría utilizar dar más de sí en futuros libros. La observación oriental se anuncia: "Mirar fijamente una planta para notar sus cambios". Es en esta parte en la que el poeta habla del cubismo, como dijimos anteriormente:

"...la vida es una manifestación de fragmentos.

Un cubismo"

Algunas de las metáforas no son muy acertadas. Tampoco en este terreno el poeta saca lo mejor de sí mismo. Mejora técnicamente cuando son imágenes más puras, sin una referencia semántica tan evidente:

"Ve todo estraza. Ve que un cuervo es isósceles; una botella ensenada; que un hogar, insomnio."

Destaca por su combinación de aciertos el poema con que termina esta parte:

"Fui con los aerosoles al lugar de la explosión. Disparé al aire un violeta. La gente me tomó por obsceno, por esperanzado."

"Tres finales", nos parece, de nuevo, una ironía del autor en tanto que ninguno de los tres poemas constituyen un final (ni siquiera tenemos un principio claro). Dejamos a los lectores para que ellos mismos elijan uno de los tres finales que no lo son.

Fernando Menéndez no tiene prisa por escribir. Sus poemarios tardan varios años entre uno y otro y la sabiduría que se gana de esa forma queda clara cuando se repasa su poesía. Estamos ante un poeta que, a pesar de estar por encima de los cuarenta años, todavía tiene una enorme capacidad de progresión, y al que deseamos, en próximos poemarios, una mayor dosis de oscuridad y una menor de retórica. Es en la observación pausada y en la reflexión donde Fernando nos dará, creemos, muy buenos momentos de poesía. Como escribe en su primer poema: "La escritura de un hombre por venir".

Valoración del libro "Un hombre por venir": 7 / 10

domingo, 3 de mayo de 2009

Secretos de poesía: Campo nublo, de Antidio Cabal


Hola a todas y todos:


Ni está siendo fácil ni está habiendo toda la colaboración que esperábamos, pero estamos encontrando algún tesoro que sí merece la pena. Vamos a seguir buscando y en este sentido seguimos animando a editoriales y autores a que nos envíen sus libros.


El libro que presentamos, "Campo nublo", de 1956 y reeditado en 2008, del casi desconocido Antidio Cabal (sin foto disponible en Internet), treinta poemarios escritos, nacido en 1925, y completamente olvidado por el oficialismo crítico y mediático, es un caso ejemplar de lo que llevamos aullando desde hace tiempo en este blog. Hay una terrible pereza mental por parte de la crítica oficial y oficiosa, y también por parte de buena parte de los poetas oficiales. El último libro, por ejemplo, de Morales y su musa funámbula, es un nuevo caso del lastre que puede suponer para la poesía la crítica. Tres o cuatro editoriales parece que representan el 90% de la producción poética de calidad. Y lo que sale puede coincidir con antiguos alumnos y demás.


Hay, en general, pocas ganas de salirse de los campos marcados por parte del oficialismo. Si Chantal hubiera publicado su "Matar a Platón" fuera de Tusquets, y de tres o cuatro editoriales más, el libro habría pasado casi tan desapercibido como sus libros anteriores salvo para una minoría que no es precisamente la establecida.

Y así, gente como Millares Sall o como el propio Antidio Cabal, que destrozan todos los pre-juicios sobre la generación de post-guerra y la comodidad de manejar dos o tres grupos, resultan puestos al margen en favor de otros poetas que se llevaron muy bien con el franquismo, o que entraron en los círculos de referencias cruzadas o, en unos pocos casos, que eran muy buenos. Pero fuera de los cánones ultraconservadores se deja a parte de la poesía de los últimos 50 años, y se comienza a hacer porque su historia ya está, supuestamente, contada, es lineal y fácil de aprender y estudiar. Su inclusión obligaría a trabajar y rehacer la historia escrita por todo este grupo crítico tan prescindible como lo es una parte importante de la poesía en la que centran sus estudios.


Acabada la perorata, vamos al libro de Antidio, que ya fue publicado en 2000, y vuelve a ser publicado ahora en un esfuerzo editorial sin precedentes de Ediciones Idea para dar a la luz los 30 libros que este señor ha escrito. Agradecemos a Antonio Jiménez Paz el esfuerzo que está realizando de divulgación y difusión de la obra del poeta canario.


Hemos leído en algún sitio que "Campo nublo"es un libro de aforismos. Nos parece una generalización. Hay poemas que se pueden calificar de aforismos pero otros muchos no lo son. En este caso, el propio poeta, en su breve introducción, explica perfectamente ante qué estamos: poemas en prosa de naturaleza nubla, invertebrados en su plasma.


El tono general de los mismos es un tono filosófico, que va desde el mundo pre-socrático, pasando sin duda por Sócrates y Platón, también por la mística española, hasta Heidegger, incluso hay ecos de Cioran y Freud, dando varias vueltas por el orientalismo, tanto de forma como de fondo.


La preocupación principal que trasciende en mucho de los poemas es la preocupación por el yo, por la identidad del sujeto:


"Escucha, amor mío, Antidio, no razones más, no acometas valores decisivos. Podrías haber sido de dos o tres carnes, o de cero nuboso, no te remitas a investigaciones. Tú eres un monomio sin ningún otro, no registres otro monopolio mortal. No cabes más tú en ti. Cuídate."


También hay un importante número de poemas que hablan de la poesía, no tanto desde lo que podría llamarse metapoesía sino casi desde la misma poesía (o musa):


"En torno a nada, no descubriendo, sino después, entre poemas."


La preocupación religiosa también tiene su cabida, y la franqueza con la que habla el poeta explica muy bien su necesidad de exiliarse de España (léase por ejemplo el poema número 32 sobre la Virgen María). También existe una cierta reivindicación del género femenino como superior al masculino, no precisamente típica de la época. Y, como elemento curioso, está la inclusión a veces de un lenguaje científico:


"Las ciencias no detectan la casa del todo de San Juan de la Cruz, ni pueden leer la ecuación unitiva, la llegada del fotón."


En ocasiones, además, aparece la fina ironía:


"Jenofonte marchó durante tres meses hacia el mar, en búsqueda de naves. Cuando llegó no había naves, luego, no había mar. El todo no siempre contiene a la parte."


Destaca especialmente en este libro el dominio técnico que el poeta tiene del lenguaje, y sobre todo, del juego con la sintaxis. Tiene Antidio un buen conocimiento de las claves del lenguaje poético, en especial del uso de la elipsis, del juego de palabras, y de la reducción, y lo sabe aplicar con una maestría importante.


También destaca un cuidado, medido y rico uso de la retórica: metáforas, imágenes, por ejemplo, se utilizan bien sin que en ningún momento el poeta abuse de ellas.


El lenguaje es, además, un lenguaje desnudo, rico pero no recargado, y en todo momento la contención verbal esencializa la comunicación poética.


Si bien el pensamiento que propone el poeta no es original, en su contenido, sí lo es en la manera en que es presentado.


Un poema resumen de varias de las cosas que hemos comentado sería el siguiente:


"Me distiendo a la inversa. Otra vez lo eso. Orillas, aguas. A lo mejor una música, un pozo, una pirámide. En cada unidad de tiempo una unidad de pérdida. Alguna bandada de desfiguras."


Por el lado negativo, a veces el poeta resulta abusivo en uso de la paradoja, que en determinadas partes se convierte en la principal figura retórica utilizada. En un lenguaje propio de la mística oriental, las definiciones a través de las no-definiciones tienen su sentido en varios momentos pero en otros, de nuevo, aparece con demasiada asiduidad. Por último, el libro se hace demasiado extenso y una lectura lineal lo convierte en repetitivo en ciertas ocasiones, por lo que parece más apropiada una lectura aleatoria. En general preferimos los poemas largos que aquellos más cortos que se acercan en mayor medida al aforismo.


En definitiva, un libro que no pocas veces llega a ser brillante en lo formal y en su contenido, que podría rescatar a un poeta grande de nuestra poesía si se confirma en el nivel del resto de su poesía, algo que desconocemos, un poeta absolutamente olvidado y marginado por el establishment, que sigue en la órbita del conservadurismo a ultranza que ha poblado buena parte de la crítica y poesía mediática de los últimos 25 años. Un libro muy interesante. El poeta no podrá decir ya "Yo me estoy inédito". Y los doctorando, tienen trabajo para romper la forzada linealidad de la historia de la poesía reciente y pasar por encima de sus directores de tesis.


Valoración de "Campo nublo": 7,5 / 10


A modo de reflexión final: "Me han impedido ver mi propio inconsciente, forzándome a pensamientos absolutos, a elecciones que me hacen desaparecer. Me han impedido ver mi propia naturaleza, forzándome a sentimientos absolutos, a elecciones que me hacen desaparecer. No me dejan pasar líbremente por mí mismo, agitan dos raíces. No permiten que mi yo sea objeto, que yo sea mi sujeto, que no tengo mi yo como yo tengo mi yo. No me dejan autopensar mis sentidos, autosentir mi mente. Pero yo no puedo dejar de fluir. Tengo visiones más allá de las analogías. Mi imaginación directa evoluciona fuera de esto, mi identificación directa me arrastra a mi identificación directa. Me gusta cómo empiezo y cómo acabo.Yo no quiero ser una porción."